miércoles, 16 de septiembre de 2009



Una vez más se obró el milagro.
Como tantas veces ha ocurrido antaño, los elementos se unieron con nostalgia en el horno de Cruz Verde el 12 de septiembre de 2009.
El Valle nos regaló su tierra, que una vez mezclada con agua, fue la ideal materia prima.
De las manos hacendosas y hábiles de (la) Claudia, vimos nacer sobre su rodillo los cacharros, muy similares en la sencillez de su formas y a la vez diferentes todos entre sí.
Con maestría y saber se enhornó el viernes: cerca de dos mil piezas en total.El sábado a medio día comenzó la cocción.
Los hombres de la familia ayudados del viento, domaron al fuego durante horas a su antojo, hasta conseguir la risa del horno cuando las llamas aparecieron por la chimenea.
Todas las piezas estaban incandescentes, al rojo vivo como el magma que brota de un volcán. Esta era la señal: el ritual había terminado.















































































Deshornar


























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