No cabe la menor duda que es indiscutible que el corazón se encoja ante la tragedia y más si ésta recae sobre otra permanente en el tiempo, una tragedia que nadie sabe cuando comenzó, y peor aun, cuando terminará. Pero no cabe la menor duda que el corazón tampoco deje de estremecerse cuando eres testigo de la solidaridad que emana de aquellas personas que no reparan en tender la mano a aquellos y aquellas que más lo necesitan.
Desde
No nos gustaría decir que esperamos volver a vernos en otra actividad así, pues eso supondría volver a reencontrarnos con la miseria. Pero si es cierto, es que la realidad de muchas partes de nuestro mundo es una tragedia continua y merece, por supuesto, de muestras de solidaridad como ésta. Por ello, siempre será bonito que en otra ocasión el arte vuelva de nuevo a servir de instrumento para la ayuda y el apoyo a las personas más necesitadas.
GRACIAS POR TODO.
ASOCIACIÓN CULTURAL PEQUEÑA MANCHA.